- Linuxfx ofrece una experiencia gráfica y funcional casi idéntica a Windows 10 y 11, facilitando la transición a usuarios de Microsoft.
- Incluye compatibilidad con aplicaciones Windows gracias a Wine y una suite de herramientas avanzadas para productividad y control.
- Permite su uso en equipos con hardware modesto y ofrece una versión profesional con soporte y funciones extra.
- El proyecto se actualiza frecuentemente, cuenta con una comunidad activa y es una alternativa destacada entre las distros orientadas al usuario doméstico y empresarial.
¿Te imaginas dejar atrás Windows sin perder ese entorno visual tan familiar? Linuxfx ha surgido con la misión de ser el puente perfecto para quienes quieren adentrarse en el mundo Linux sin renunciar a la apariencia y comodidad que ofrece el sistema operativo de Microsoft. Pero, ¿qué tiene de especial Linuxfx y por qué se está convirtiendo en la opción favorita para muchos usuarios que buscan una alternativa libre sin complicaciones? Si tú también te haces estas preguntas, aquí tienes una guía completa y actualizada con todo lo que necesitas saber para entender por qué esta distro está revolucionando la transición de Windows a Linux.
A lo largo de este artículo descubrirás en profundidad qué es Linuxfx, cómo funciona, por qué es tan parecida a Windows y cuáles son sus ventajas clave. Analizaremos a fondo sus requisitos técnicos, características distintivas, orientaciones de uso, curiosidades del proyecto y también cómo se compara frente a otras distribuciones. Si buscas una opción que combine rendimiento, facilidad de uso, compatibilidad y una estética que no te obligue a ‘aprender de cero’, sigue leyendo porque esto te interesa.
¿Qué es Linuxfx?
Linuxfx es una distribución GNU/Linux basada en Ubuntu, desarrollada con el objetivo explícito de replicar la interfaz y la experiencia de usuario de los sistemas operativos Windows 10 y Windows 11. Nacida en Brasil y con una comunidad internacional cada vez más activa, se dirige principalmente a usuarios que quieren abandonar Windows pero no desean enfrentarse a un entorno desconocido o pasar por una curva de aprendizaje elevada.
El nombre alternativo de este sistema es Windowsfx o Winux, lo que refleja desde el principio la orientación del proyecto: unir lo mejor de ambos mundos, la familiaridad visual de Windows y la robustez, seguridad y libertad propia de Linux.
La distro no solo imita el diseño del escritorio, la barra de tareas o el menú de inicio, sino que reproduce minuciosamente la navegación, organización de menús, accesos directos, buscador y hasta los sonidos y comportamientos básicos que cualquier usuario de Windows reconocerá al instante. Incluso incorpora un icono para Copilot, el asistente de Microsoft, y ofrece funcionalidades integradas de compatibilidad con aplicaciones Windows mediante Wine.
Objetivo de Linuxfx: facilitar la transición
Linuxfx está pensado como la puerta de entrada más cómoda y directa para usuarios de Windows al ecosistema Linux. Esto es posible gracias a una serie de decisiones de diseño y funcionalidades:
- Interfaz gráfica casi idéntica a la de Windows, tanto a nivel visual como funcional, replicando menús, configuraciones, iconos y comportamiento del sistema.
- Compatibilidad avanzada para ejecutar aplicaciones diseñadas para Windows, a través de la integración nativa de Wine y utilidades gestionadas desde la misma distro.
- Sistema de instalación guiado, diseñado para resultar familiar incluso a quienes nunca han utilizado Linux, sin pasos complejos ni comandos técnicos.
- No requiere crear una cuenta online para su configuración inicial ni depende obligatoriamente de conexión a Internet, lo que refuerza la privacidad y el control del usuario.
- Menor consumo de recursos, lo que facilita su uso en equipos modestos o antiguos, dándoles una segunda vida sin renunciar a una apariencia moderna.
Características principales de Linuxfx
FreeXP: La alternativa basada en Linux que revive la experiencia de Windows XP
La experiencia con Linuxfx va mucho más allá de un simple ‘tema visual’. Los desarrolladores han trabajado en cada detalle para que la sensación de usar Windows sea lo más realista posible, pero aprovechando todas las ventajas del código abierto. Destacan los siguientes aspectos:
1. Escritorio y apariencia idéntica a Windows
Desde el primer arranque, el escritorio, la barra de tareas, los menús, los iconos e incluso el panel de control y el menú de inicio recuerdan punto por punto a los de Windows 10 y 11. El sistema está construido sobre KDE Plasma 5.27, con una profunda personalización en librerías y temas visuales (WXD) para emular el entorno gráfico de Microsoft. Hasta los accesos rápidos, la disposición de elementos, la zona de notificaciones, control de volumen, red y calendario están mimetizados. Además, el usuario puede personalizar fondos de pantalla, añadir widgets y modificar la estética a su gusto, siempre dentro de una línea visual muy ‘windowsiana’.
2. Compatibilidad con aplicaciones de Windows
Linuxfx incluye Wine integrado desde el primer momento, permitiendo que el usuario ejecute archivos .EXE y .MSI (instaladores de Windows) con doble clic, igual que haría en el sistema operativo de Microsoft. Esta integración es una de las claves del éxito entre quienes no quieren perder acceso a programas de uso habitual, desde herramientas ofimáticas hasta aplicaciones empresariales o determinados juegos. Además, la distro incorpora una colección de utilidades ‘PowerToys Control Tools’ que replican paneles de configuración avanzados, y soporta la ejecución de apps de Android mediante un subsistema dedicado (basado en Anbox).
No obstante, cabe destacar que, aunque Wine ha avanzado mucho, no todas las aplicaciones ni todos los juegos funcionan exactamente igual que en Windows. Los programas sencillos y las tareas ofimáticas suelen ejecutarse correctamente, pero los videojuegos modernos o el software profesional más exigente pueden presentar limitaciones o pérdidas de rendimiento.
3. Personalización, privacidad y control
Frente a las críticas más habituales que reciben las versiones recientes de Windows (publicidad, telemetría obligatoria, necesidad de cuentas online), Linuxfx prescinde de cualquier tipo de seguimiento, es más limpio y no incluye anuncios ni servicios que ralenticen el sistema o comprometan la privacidad. El arranque es más rápido, los procesos en segundo plano se han reducido y el sistema se puede administrar tanto de forma gráfica como mediante terminal, utilizando los mismos comandos que en Ubuntu (apt-get, update, upgrade, etc.).
4. Suite de aplicaciones y utilidades preinstaladas
Para que el usuario se sienta como en casa desde el primer momento, Linuxfx incorpora una selección de aplicaciones de uso habitual, todas ellas tematizadas para encajar con el estilo de Windows:
- Suite ofimática LibreOffice, con un tema visual que imita a Microsoft Office, facilitando la transición para quienes trabajan con Word, Excel o PowerPoint.
- Navegadores preinstalados Google Chrome y Firefox, permitiendo elegir el navegador favorito desde el inicio.
- Herramientas de comunicación como Microsoft Teams, Skype, e incluso TeamViewer y AnyDesk para control remoto.
- Aplicaciones de entretenimiento: reproductor multimedia VLC, centro multimedia Kodi, editor de imágenes GIMP y acceso directo a Steam para juegos.
- Soporte para clientes de Google Drive, Dropbox y, en la edición Pro, integración nativa con OneDrive.
Además, la edición Professional desbloquea opciones avanzadas, como el soporte total para apps Android, integración con Microsoft Active Directory y herramientas de administración más potentes.
¿Para quién está pensado Linuxfx?
Linuxfx se dirige principalmente a dos perfiles de usuarios que buscan máxima facilidad de transición:
- Usuarios domésticos o profesionales con experiencia en Windows, que desean aprovechar las ventajas del software libre sin perder la interfaz y las costumbres adquiridas.
- Empresas y organizaciones, que necesitan una plataforma compatible, segura y económicamente eficiente para estaciones de trabajo, aulas o puestos en administración pública, especialmente allá donde las licencias de Windows suponen un coste inasumible.
Linuxfx también resulta ideal para quienes poseen equipos antiguos o con recursos limitados (por ejemplo, ordenadores que ya no reciben soporte para Windows 10 o no cumplen requisitos para Windows 11), ya que permite darles una ‘segunda vida’ con un sistema operativo moderno, rápido y seguro.
Requisitos hardware de Linuxfx
Uno de los puntos más atractivos de Linuxfx es su bajo consumo de recursos frente a las últimas versiones de Windows. Esto permite instalarlo y usarlo con fluidez en ordenadores que, de otra forma, quedarían obsoletos. Los requisitos mínimos recomendados se resumen así:
- Procesador de 64 bits y doble núcleo (Intel Core i3 o AMD Ryzen equivalente).
- Mínimo 2 GB de memoria RAM, aunque para un funcionamiento óptimo se recomiendan al menos 4 GB y, para tareas exigentes o edición multimedia, 8 GB o más.
- 20 GB de espacio libre en disco, preferiblemente en un SSD para mejorar tiempos de carga y respuesta (algunas fuentes recomiendan 50 GB para actualizaciones y almacenamiento cómodo).
- Tarjeta gráfica compatible con OpenGL 3.3 o superior. Se recomienda pantalla de 1366×768 píxeles como mínimo, pero idealmente en Full HD.
- Acceso a Internet recomendado, especialmente para descargar actualizaciones, pero no obligatorio para el uso local del sistema.
Linuxfx puede instalarse tanto como sistema principal en cualquier PC como en una máquina virtual (ejemplo: VirtualBox), lo que facilita probarlo antes de adoptarlo definitivamente sin alterar particiones ni discos duros existentes.
Instalación y primeros pasos
El proceso de instalación de Linuxfx está guiado al estilo de Windows, tanto visualmente como en la organización de pasos y configuraciones. Nada más arrancar la imagen ISO (disponible desde su web oficial), el usuario se encuentra con una interfaz reconocible que le va indicando cómo seleccionar región, idioma, teclado y configuración horaria, igual que el instalador de Windows.
Si decides probar Linuxfx antes de instalarlo de forma permanente, puedes crear una máquina virtual asignando al menos 2 núcleos de procesador, 4 GB de RAM y 30 GB de disco virtual. Tras el arranque, una carpeta en el escritorio inicia el instalador definitivo, donde solo tendrás que seguir los menús paso a paso. Todo el proceso está pensado para evitar sorpresas técnicas y para resultar cómodo a cualquier perfil de usuario, incluso si nunca has usado Linux.
Las actualizaciones del sistema se gestionan con el comando apt-get (igual que en Ubuntu), aunque también es posible hacerlo desde el gestor gráfico de actualizaciones para quienes prefieran no tocar la terminal.
Versiones y soporte de Linuxfx
Linuxfx cuenta con dos modalidades principales:
- Edición Gratuita (Free Edition): pensada para todos los usuarios domésticos sin coste alguno. Incluye todas las funcionalidades visuales y compatibilidad básica con aplicaciones Windows.
- Edición Professional (Pro): con un coste único de 35 dólares (considerablemente inferior al precio de licencias Windows), dirigida a quienes quieran funciones avanzadas: soporte ampliado (hasta 10 años), integración con Active Directory, gestión de cuentas OneDrive, soporte extendido para apps Android, herramientas de inteligencia artificial y opciones empresariales extra.
La versión estable más reciente en 2025 es la 11.25.07.1 «NOBLE», basada en Ubuntu 24.04.2, que garantiza cinco años de actualizaciones gratuitas y una plataforma sólida para el futuro próximo.
Comparativa: Linuxfx frente a otras distros similares
Si bien Linuxfx destaca por su mimetismo con Windows, no es la única opción en el panorama de distribuciones Linux con enfoque ‘familiar’ para el usuario de Microsoft. Otros proyectos relevantes son:
- Zorin OS – Ofrece un entorno visual moderno y flexible, inspirado en Windows y muy configurable, aunque no tan fiel en la reproducción de detalles como Linuxfx.
- Kubuntu – Basada en Ubuntu con escritorio KDE Plasma, su estética es cercana a Windows y resulta muy personalizable, aunque menos ‘clon’ y más adaptada a los gustos del usuario avanzado.
- Chalet OS – Construida sobre Xubuntu, imita los estilos de Windows 7 y Vista, con un enfoque más nostálgico y sencillo.
- Kali Linux – Distro enfocado a la seguridad informática y auditorías, pero que incluye «modo Undercover» para disfrazarse como si fuera Windows y facilitar el trabajo en ciertos entornos.
El principal valor diferencial de Linuxfx frente a estas alternativas es su enfoque total en la replicación de Windows, tanto visual como funcionalmente, y su integración avanzada con herramientas como Wine y PowerToys, además de la oferta de soporte extendido empresarial y compatibilidad con dispositivos modernos y antiguos.
Puntos fuertes y posibles inconvenientes
Como cualquier proyecto, Linuxfx tiene fortalezas pero también limitaciones que conviene conocer antes de dar el salto:
- Ventajas:
- Transición sencilla y amigable para usuarios de Windows.
- Compatibilidad con una amplia gama de programas y dispositivos.
- Sistema más liviano y rápido que Windows, ideal para hardware antiguo.
- Privacidad reforzada y ausencia de rastreos o publicidad.
- Facilidad de instalación y gestión, con menú y aplicaciones preconfiguradas.
- Opciones de personalización a gusto del usuario.
- Desventajas:
- Dependencia parcial de Wine para ejecutar algunos programas clave, lo que puede suponer pérdidas de rendimiento o incompatibilidades puntuales.
- Comunidad más reducida que otras distros como Ubuntu, Kubuntu o Zorin OS (aunque en crecimiento constante).
- Menor cantidad de tutoriales disponibles en español comparado con otras opciones, si bien esto se está corrigiendo progresivamente.
- La edición Pro, aunque económica, no es 100% gratuita como otras alternativas, aunque sigue muy por debajo del coste de Windows original.
- Al no ser una distribución oficial de grandes corporaciones, puede surgir incertidumbre sobre el mantenimiento futuro, aunque hasta la fecha el proyecto se mantiene activo y actualizado.
Preguntas frecuentes y dudas habituales sobre Linuxfx
Para quienes se plantean migrar a Linuxfx surgen dudas y comparaciones habituales. Aquí abordamos algunas de las más frecuentes utilizando información de las mejores fuentes disponibles:
- ¿Es Linuxfx apto para usuarios sin conocimientos previos de Linux? Sí. Está diseñado precisamente para quienes nunca han tocado Linux, pero sí están familiarizados con Windows. El entorno es idéntico y todas las funciones básicas se acceden de la misma forma que en Windows, incluyendo la instalación de software, la configuración y el acceso a archivos.
- ¿Puedo instalar Linuxfx en un portátil u ordenador muy antiguo? Depende. Linuxfx exige un procesador de 64 bits, lo que descarta ordenadores extremadamente viejos (anteriores a 2007-2008). Para equipos de la última década, funciona con normalidad, y para hardware mucho más antiguo existen alternativas como Lubuntu o Puppy Linux.
- ¿Qué tal funciona Wine para ejecutar aplicaciones Windows? Wine está muy avanzado, pero no puede garantizar compatibilidad total. Las aplicaciones sencillas y muchas herramientas ofimáticas o de gestión funcionan de maravilla; los juegos modernos, programas con gráficos avanzados o software profesional especializado pueden dar problemas de rendimiento.
- ¿Puedo acceder fácilmente a archivos y servicios en la nube? Sí. Linuxfx permite conectar cuentas de Google Drive, Dropbox y, en la Pro, cuentas de OneDrive, facilitando la gestión centralizada de archivos y la transición digital sin sobresaltos.
- ¿Cuántos años de soporte tiene Linuxfx? La edición gratuita se basa en las versiones LTS de Ubuntu, con entre 5 y 10 años de soporte. La edición Pro ofrece 10 años de actualizaciones garantizadas, ideal para empresas y usuarios que buscan estabilidad a largo plazo.
- ¿Puedo instalarlo junto a Windows o en una máquina virtual para probarlo? Por supuesto. Linuxfx permite instalarse en modo dual boot (arranque dual) junto con Windows, o probarlo en una máquina virtual como VirtualBox antes de decidirte a instalarlo definitivamente en tu PC.
Curiosidades y evolución del proyecto Linuxfx
Linuxfx ha ido evolucionando rápidamente desde sus primeras versiones. Aunque en sus orígenes empleaba entorno Cinnamon, en la actualidad apuesta por KDE Plasma por su capacidad de personalización y rendimiento. Cada versión recibe un nombre en clave, manteniendo la tradición de muchas distros Linux. Además, el equipo de desarrollo está siempre trabajando en nuevas utilidades y capas de compatibilidad, incluyendo versiones para ARM y dispositivos como la Raspberry Pi.
Una de las novedades más comentadas ha sido la inclusión de un asistente virtual propio (‘Helloa’), pensado como clon funcional de Cortana, que reconoce comandos de voz en inglés, español y portugués brasileño. Esto, sumado a la integración de herramientas de inteligencia artificial en la edición Pro, sitúa a Linuxfx a la vanguardia en innovación entre las distros orientadas al usuario final.
Cómo descargar y probar Linuxfx
Para descargar la última versión de Linuxfx, accede siempre a su . Allí encontrarás opciones de descarga directa o vía torrent (más rápida y eficiente para archivos grandes). La imagen ISO suele pesar entre 5 y 5,5 GB, y puedes grabarla en un USB autoarrancable usando aplicaciones como Rufus o Ventoy.
Si solo quieres probar la distro sin modificar tu disco principal, utiliza una máquina virtual configurando los recursos mínimos recomendados, instala los guest additions para activar gráficos 3D y mejor integración, y explora todas las funciones desde un entorno seguro y reversible.
Linuxfx es hoy en día una de las alternativas más sólidas para quienes buscan abandonar Windows sin perder el entorno y la facilidad de uso que tanto aprecian. El proyecto sigue creciendo, incorporando mejoras, ampliando compatibilidad y recibiendo soporte de una comunidad cada vez más numerosa. Tanto si eres usuario doméstico, profesional o empresa, esta distribución te brinda la posibilidad de descubrir el universo Linux de forma natural, cómoda y sin renunciar a lo que ya conoces. Si quieres dar el salto hacia el software libre sin perder el norte, Linuxfx merece sin duda una oportunidad.

Expertos en software, desarrollo y aplicación en industria y hogar. Nos encanta sacar todo el potencial de cualquier software, programa, app, herramienta y sistema operativo del mercado.
