- Microsoft Edge puede volverse lento por múltiples causas, desde extensiones acumuladas hasta problemas tras actualizaciones de Windows.
- Limpiar la caché, actualizar el navegador y optimizar recursos son pasos clave para mejorar el rendimiento de Edge.
- Restaurar el sistema o reparar Edge desde la configuración son soluciones efectivas ante problemas persistentes.

¿Te has encontrado alguna vez con la desagradable situación de que Microsoft Edge funciona lento justo cuando más lo necesitas? No eres el único. En los últimos tiempos, muchos usuarios han comenzado a notar una reducción considerable en la rapidez de este navegador, incluso nada más arrancar el sistema o al intentar realizar tareas tan simples como abrir una nueva pestaña, gestionar favoritos o reproducir vídeos online. La experiencia puede resultar desesperante, sobre todo si lo usas a diario para trabajar, estudiar o simplemente navegar por tus sitios favoritos.
Con la competencia apretando fuerte y navegadores como Chrome o Firefox ganándose cada vez más adeptos por su agilidad, es normal preguntarse: ¿Por qué Microsoft Edge va tan lento y qué se puede hacer para recuperar la velocidad? En este artículo vas a encontrar una guía muy completa, que reúne las soluciones compartidas por usuarios con experiencia, foros técnicos y medios especializados. Tanto si sufres lentitud puntual como si el problema parece no tener fin, aquí tienes todo lo necesario para entender las causas y aplicar remedios efectivos.
Principales síntomas de lentitud en Microsoft Edge
Uno de los primeros pasos para resolver cualquier problema es identificar exactamente cómo se manifiesta. Entre las quejas más frecuentes de los usuarios destacan diversas situaciones en las que Microsoft Edge se vuelve muy lento:
- Retrasos al cargar la pantalla de inicio o al abrir el navegador, notando que los elementos interactivos aparecen con lentitud inesperada.
- Despliegue lento de carpetas en los favoritos, donde al hacer clic en una carpeta de la barra de favoritos, el menú se muestra «en cámara lenta» y la experiencia empeora si contiene varios enlaces.
- Lentitud al abrir nuevas pestañas, notando que la acción se retrasa varios segundos más de lo habitual.
- Problemas en páginas web multimedia como YouTube, con cuelgues leves, lag al interactuar con botones o retardos al cambiar a pantalla completa.
- Menús del navegador y otros elementos de la interfaz respondiendo con retardo.
No todos los usuarios experimentan las mismas situaciones, pero si te identificas con alguna de estas, sigue leyendo porque hay varias rutas para atacar el problema.
Causas habituales por las que Edge funciona despacio
La lentitud de Microsoft Edge puede deberse a múltiples factores técnicos y de configuración. A partir de la experiencia de usuarios y la información de foros especializados, se pueden identificar varias causas comunes:
- Acumulación de extensiones. Si tienes muchas extensiones activas o algunas de ellas están mal optimizadas, pueden ralentizar el navegador desde el inicio, incluso aunque no las utilices activamente en la sesión actual.
- Saturación de recursos del sistema. Ejecutar programas pesados junto a Edge (como software de edición, juegos, máquinas virtuales, etc.) puede dejar al navegador sin la memoria RAM y ciclo de procesador necesarios para un rendimiento óptimo.
- Número excesivo de pestañas abiertas. Acumular muchas pestañas en segundo plano consume memoria y afecta a la respuesta general, ya sea al cargar nuevas páginas o simplemente movernos entre ellas.
- Error tras una actualización de Windows. A veces, una actualización del sistema operativo o del propio navegador introduce incompatibilidades o bugs temporales que degradan el desempeño.
- Problemas con hardware o drivers. Aunque menos frecuente, tener controladores desactualizados o algún fallo en la configuración del hardware puede provocar lentitud específica en Edge.
- Acumulación de datos de navegación, caché y cookies. El exceso de datos almacenados localmente puede ralentizar el navegador, sobre todo si nunca se ha limpiado el historial o los archivos temporales.
- Configuraciones de red (DNS, Proxy, etc.). Algunos ajustes avanzados pueden interferir en la rapidez de acceso a webs y servicios.
Diagnóstico inicial: ¿El problema es de Edge o de Windows?
Antes de lanzarte a probar soluciones a ciegas, conviene realizar un diagnóstico básico para saber si la lentitud es exclusiva de Edge o afecta también a otros navegadores:
- Prueba a usar otro navegador (Chrome, Firefox, Brave, etc.). Si solo Edge va lento y los demás funcionan con normalidad, el problema está claramente localizado en Edge.
- Verifica el rendimiento general del sistema. Si tu ordenador va lento también en otras tareas, quizás el origen esté en una saturación global.
Este paso puede ahorrarte mucho tiempo y evitar soluciones innecesarias.
Soluciones básicas para hacer Edge más rápido
La mayoría de problemas habituales pueden resolverse siguiendo una batería de acciones recomendadas por usuarios expertos y técnicos:
1. Cierra programas y libera recursos
Evita ejecutar multitud de programas pesados al mismo tiempo que el navegador. Cierra aplicaciones que no estés usando y revisa desde el Administrador de tareas qué procesos consumen más memoria. Esto es clave, especialmente en portátiles o equipos con pocos recursos.
2. Limita el número de pestañas
Cuantas más pestañas acumules abiertas, especialmente con páginas cargadas de contenido multimedia (vídeos, anuncios, etc.), peor será el desempeño de Edge. Acostúmbrate a trabajar solo con las pestañas imprescindibles y cierra las que no uses. Si eres de los que necesita guardar páginas para más tarde, puedes usar la función de favoritos o un gestor de lectura diferida.
3. Desactiva y elimina extensiones innecesarias
Las extensiones pueden ser útiles, pero al acumular muchas, ralentizan el navegador. Revisa desde el menú de Extensiones cuáles tienes instaladas y elimina o desactiva aquellas que no utilices habitualmente. Prioriza solo las que realmente aportan valor. Hazlo regularmente para mantener el navegador ágil.
4. Borra caché, cookies y datos de navegación
El exceso de archivos temporales puede provocar demoras. Dirígete a la configuración de Edge, busca la opción para eliminar el historial de navegación y selecciona caché, cookies y otros datos almacenados. Hazlo de forma periódica o después de experimentar problemas de rendimiento.
5. Actualiza Edge y Windows
Es fundamental tener siempre la versión más reciente tanto de Edge como de Windows. Comprueba en la sección de “Acerca de” del navegador y en Windows Update si hay nuevas versiones disponibles e instálalas.
Guía completa para limpiar la caché en Windows 11: métodos, ventajas y consejos clave
Soluciones avanzadas para problemas persistentes
Si tras aplicar los pasos anteriores Edge sigue lento, conviene probar soluciones más avanzadas. Aquí van las más efectivas según la experiencia de usuarios y soporte técnico:
1. Reparar Microsoft Edge
Desde Windows 10 y 11 es posible reparar la instalación de Edge sin perder datos personales. Simplemente accede a Configuración, luego a Aplicaciones y busca Edge en la lista. Haz clic en los tres puntos y selecciona «Modificar» o «Opciones avanzadas», según tu versión. Allí tendrás la opción de reparar el navegador. Windows descargará la versión más reciente y reemplazará archivos dañados o corruptos.
2. Restablecer la configuración de Edge
Si la reparación no funciona, puedes optar por restablecer la configuración del navegador a sus valores predeterminados. Esto eliminará personalizaciones y ajustes de usuario, pero no tus contraseñas ni marcadores. Para ello, ve a la configuración de Edge, busca la opción de «Restablecer configuración» y sigue los pasos que aparecen. Este paso suele solucionar problemas causados por extensiones conflictivas o cambios de configuración accidental.
3. Revisar y optimizar la configuración de red
En algunos escenarios, la lentitud puede venir de configuraciones avanzadas de DNS, proxy o VPN. Desactiva temporalmente cualquier proxy o VPN y prueba con DNS públicos (como los de Google o Cloudflare) para ver si notas mejoras. Si tienes dudas sobre cómo hacerlo, visita la guía oficial de Microsoft para ajustar tu red.
4. Verificar el estado de los drivers y hardware
Drivers desactualizados, especialmente los de gráfica, pueden afectar el rendimiento de navegadores modernos. Revisa que todos tus controladores estén en la última versión, y si es posible prueba a desactivar la aceleración por hardware desde las opciones de Edge para ver si la velocidad mejora.
5. Prueba el arranque limpio de Windows
A veces, otros programas o servicios de arranque interfieren con el funcionamiento de Edge. Realizar un “inicio limpio” de Windows (arrancando solo con los servicios esenciales) puede ayudarte a identificar el origen. Si Edge funciona bien en este modo, la causa seguramente está en un programa o servicio externo.
Soluciones específicas tras una actualización de Windows
En ocasiones, tras una actualización importante de Windows, Edge puede empezar a ir lento sin explicación clara. En estos casos, los expertos recomiendan:
- Restaurar el sistema a un punto anterior a la actualización. Puedes acceder a esta opción desde Configuración → Actualización y seguridad → Recuperación → Restaurar sistema. El sistema volverá al estado anterior sin eliminar archivos personales.
- Quitar la última actualización problemática si el punto de restauración no está disponible. Desde Panel de control → Programas → Ver actualizaciones instaladas puedes hacerlo.
- En ambos casos, se recomienda esperar unas semanas para que Microsoft corrija posibles fallos antes de instalar las actualizaciones nuevamente.
Cuestiones frecuentes y dudas habituales de usuarios
En diferentes foros, muchos usuarios han planteado sus preguntas y frustraciones, por ejemplo:
- Algunos notan que Edge va lento solo en la página de inicio, y funciona bien al navegar por otros sitios.
- Varios usuarios reportan lentitud sólo en determinadas webs o procesos, como al seleccionar un certificado digital.
- Incluso tras formatear el sistema y reinstalar todo desde cero, el problema puede persistir solo en Edge mientras otros navegadores funcionan con normalidad.
- Algunos consideran ineficaz aplicar soluciones genéricas cuando el equipo está recién configurado, lo que hace pensar que a veces el problema está en la integración entre Edge y Windows.
Si te encuentras en alguno de estos casos particulares, lo mejor es probar todos los pasos anteriores y, si el problema persiste, recopilar toda la información posible (versiones de Windows y Edge, hardware, extensiones instaladas, etc.) antes de solicitar soporte técnico especializado.
Trucos adicionales para acelerar Edge en Windows 10 y 11
Además de los métodos clásicos, existen pequeños trucos que pueden darle un empujón extra a tu navegador:
- Reinicia el equipo después de grandes cambios. Esto asegura que todas las optimizaciones y limpiezas entren en vigor completamente.
- Utiliza la herramienta de solución de problemas de Windows, accediendo desde Configuración → Sistema → Solucionar problemas para intentar resolver problemas automáticamente.
- Configura el navegador para que limpie automáticamente la caché y cookies al cerrarse. Así evitarás acumulaciones innecesarias.
- Evita instalar versiones beta o experimentales de Edge salvo que necesites alguna funcionalidad específica y seas consciente de los riesgos.
¿Cuándo merece la pena reinstalar Edge o cambiar de navegador?
Si después de seguir todos estos pasos y consejos el problema persiste, considera estas opciones avanzadas:
- Reinstala Edge. Puedes descargar la versión más reciente directamente desde la web oficial de Microsoft Edge y reinstalar el navegador. Esto sobreescribe cualquier archivo corrupto o configuración defectuosa.
- Usa un navegador alternativo temporalmente para comparar el rendimiento y determinar si esperas una actualización correctora.
- Consulta soporte oficial. Recopila información detallada de tu caso (incluyendo modelo de ordenador, versión de Windows, periféricos conectados y pasos ya probados) antes de contactar con el .
En ciertas circunstancias, la lentitud puede ser fruto de un bug o incompatibilidad puntual que solo desde la propia Microsoft pueden resolver con un parche o actualización.
Adoptar buenos hábitos como limitar extensiones, limpiar la caché con frecuencia y mantener actualizado el sistema puede marcar la diferencia, pero ante problemas persistentes, los pasos de reparación y restablecimiento suelen ser los más efectivos. Y si tampoco así logras resolverlo, siempre tienes otras alternativas en el mercado mientras esperas a que las próximas actualizaciones corrijan posibles errores. Mantén la calma, prueba estas recomendaciones y en la mayoría de casos, ¡volverás a navegar como el primer día!
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