Wearables: Qué son, tipos, ejemplos y guía completa para entender la tecnología ponible

  • Los wearables son dispositivos inteligentes que se llevan en el cuerpo o la ropa y monitorizan datos de salud, actividad y conectividad.
  • Existen múltiples tipos: relojes, pulseras, gafas, anillos, ropa inteligente e incluso implantes médicos.
  • Ofrecen ventajas en salud, deporte, seguridad, entretenimiento y gestión de datos, pero requieren atención especial a la privacidad y la seguridad.
  • La llegada de la inteligencia artificial, nuevas aplicaciones y el boom del techwear marcarán su crecimiento e integración en la vida diaria y profesional.

Que son los Wearables

La tecnología wearable, también conocida como tecnología ponible o vestible, ha irrumpido con fuerza en nuestro día a día, convirtiéndose en un fenómeno que va más allá de la simple tendencia para convertirse en parte fundamental de nuestro entorno digital, la salud y el bienestar personal. Aunque el término pueda sonar aún algo ajeno o técnico, lo cierto es que los wearables están integrados en la cotidianidad de millones de personas en sus relojes, pulseras, gafas, prendas inteligentes o auriculares, entre otros dispositivos.

En una sociedad cada vez más conectada y digitalizada, la evolución de los wearables responde a la necesidad de monitorizar, mejorar y personalizar tanto actividades físicas como hábitos diarios, cuidando de la salud, el entretenimiento e incluso la productividad laboral. Pero ¿realmente tenemos claro qué son exactamente estos dispositivos, cómo funcionan, qué tipos existen o cuáles son sus desafíos de futuro? Si tienes dudas, aquí te lo contamos todo de forma clara, cercana y con ejemplos actuales y prácticos para que domines el universo wearable.

¿Qué es un wearable?

El término wearable proviene del inglés «to wear», es decir, «llevar puesto». Un wearable es cualquier dispositivo electrónico inteligente diseñado para ser llevado sobre el cuerpo, ya sea como accesorio, implantado, adherido a la piel o incluso integrado en prendas de vestir. Su principal misión es realizar tareas adicionales a las de la prenda o accesorio original y, sobre todo, recoger, procesar y compartir datos útiles para los usuarios.

Por ejemplo, un reloj inteligente, una pulsera de actividad, gafas conectadas o camisetas con sensores pueden considerarse wearables si, además de su función tradicional, aportan información extra como monitorización de ritmo cardíaco, pasos dados, notificaciones de mensajes o incluso asistencia en tareas cotidianas. Su gran valor es que ofrecen funcionalidades avanzadas manteniendo la comodidad y pasando, en muchos casos, desapercibidos a simple vista.

Estos dispositivos pueden facilitar la comunicación, recoger e interpretar datos de salud, actividad física y bienestar, y conectarse con otros sistemas o dispositivos, como teléfonos móviles y ordenadores. Es frecuente que utilicen tecnologías inalámbricas (Bluetooth, WiFi, NFC) y sensores de última generación para cumplir con sus objetivos.

Historia y evolución de los wearables

Aunque pueda parecer un invento reciente, los wearables tienen sus primeras raíces en los años 60, con experimentos primitivos de integración de tecnología en objetos cotidianos. Sin embargo, solo en las últimas décadas, gracias a la miniaturización de componentes, el avance de los sistemas operativos y la aparición del software de gestión de datos, los wearables han entrado de lleno en el mercado de consumo y el entorno profesional.

La irrupción de los smartphones y la conectividad constante ha impulsado la integración de sensores y procesadores en prendas y accesorios de uso diario, permitiendo el desarrollo de relojes inteligentes, pulseras fitness, auriculares inalámbricos avanzados o prendas “conectadas”, entre muchos otros dispositivos.

Características y funcionamiento de los dispositivos wearables

Todos los wearables comparten algunas características esenciales que los distinguen de otros productos electrónicos portátiles:

  • Portabilidad e integración: Están diseñados para ser llevados directamente en el cuerpo, de forma cómoda y discreta.
  • Sensores avanzados: Incorporan distintos sensores (acelerómetros, giroscopios, medidores de ritmo cardíaco, oxímetro, GPS, sensores térmicos, entre otros) para captar datos en tiempo real sobre la actividad, la salud, el entorno o el comportamiento del usuario.
  • Conectividad constante: Suelen estar siempre encendidos y en funcionamiento, permitiendo la sincronización y transmisión de información con otros dispositivos, aplicaciones móviles y plataformas en la nube.
  • Interfaz adaptada: Disponen de sistemas operativos específicos y aplicaciones optimizadas para sus pequeñas pantallas o para la interacción por gestos, voz o incluso toques sencillos.
  • Autonomía y eficiencia: Están diseñados para consumir poca energía y ofrecer autonomía suficiente, aunque esta depende del uso y el tipo de wearable.
  • Personalización: Muchos modelos permiten personalizar tanto el hardware (correas, carcasas, accesorios) como el software (esferas, funciones, notificaciones, etc).

Una de las diferencias principales con otros dispositivos portátiles, como smartphones o tablets, es que los wearables están integrados al cuerpo y liberan las manos del usuario, convirtiéndose casi en una extensión de sí mismos.

¿Para qué sirven los wearables y en qué ámbitos se utilizan?

La utilidad de los wearables es tan amplia como su tipo de dispositivo. Los usos principales incluyen la monitorización de la salud y la actividad física, la mejora del rendimiento deportivo, la comunicación, la seguridad, el entretenimiento y la productividad.

  • Salud y bienestar: Los wearables más populares se emplean para monitorizar la actividad física (pasos, distancia, calorías), el ritmo cardíaco, el sueño, los niveles de oxígeno y, en algunos casos, hasta la glucosa o la presión arterial. Destacan los relojes inteligentes, pulseras fitness y sensores corporales en camisetas, anillos o incluso parches adhesivos.
  • Deporte y entrenamiento: Con una enorme adopción en el mundo deportivo, los deportistas usan wearables para ajustar entrenamientos, registrar rutinas, controlar la recuperación y evitar lesiones mediante el análisis de datos en tiempo real. Ejemplo: plantillas inteligentes para runners, cascos de ciclismo con GPS y sensores o gafas deportivas con realidad aumentada.
  • Comunicación y conectividad: Muchos wearables actúan como extensión del móvil, avisando de llamadas, mensajes, correos y notificaciones sociales, e incluso permitiendo la comunicación directa a través de voz o texto. Es el caso de smartwatches y gafas inteligentes como Google Glass.
  • Seguridad y localización: Dispositivos para bebés y personas dependientes (como mayores o pacientes con Alzheimer) incluyen geolocalización y sensores de caídas o alerta. Algunos wearables laborales monitorizan la seguridad de empleados en entornos de riesgo: bomberos, trabajadores industriales, etc.
  • Entretenimiento y realidad virtual: Auriculares inteligentes para música, gafas de realidad aumentada o virtual para videojuegos, deportes o experiencias inmersivas.
  • Pagos y acceso: Anillos, pulseras o relojes con chip NFC permiten realizar pagos contactless o abrir puertas inteligentes.
  • Smart Fashion y moda conectada: La ropa inteligente o techwear combina moda y tecnología con sensores para regular la temperatura, iluminación LED y acceso a funciones avanzadas desde prendas como chaquetas, camisetas o pantalones.

Principales tipos de wearables

La variedad de wearables crece sin parar; estos son los dispositivos más destacados y sus funciones principales:

  • Relojes inteligentes (smartwatches): Se han convertido en el wearable por excelencia. Registran actividad física, ritmo cardíaco, calidad del sueño, permiten recibir y responder notificaciones, hacer llamadas, consultar el tiempo, controlar la música y hasta hacer pagos. Los mejores modelos integran GPS, sensores de caída, alertas médicas y posibilidad de instalar apps propias como un pequeño smartphone de muñeca.
  • Pulseras inteligentes (smartbands): Muy populares por su formato discreto y su orientación fitness. Monitorizan pasos, calorías, ritmo cardíaco, calidad del sueño, actividad deportiva, entre otros parámetros. Suelen tener pantalla más simple y menos funciones adicionales.
  • Auriculares inteligentes (hearables): Más allá de reproducir música, los actuales auriculares inalámbricos permiten controlar asistentes de voz, recibir notificaciones, traducir idiomas en tiempo real y monitorizar datos biométricos como ritmo cardíaco. Ejemplo: los AirPods de Apple, o los Galaxy Buds de Samsung.
  • Gafas inteligentes: Como las Google Glass (ver más en Google Glass) o modelos de realidad aumentada/virtual de Meta, Xiaomi, etc. Permiten visualizar información en tiempo real, grabar fotos/vídeos, interactuar por voz o por gestos y vivir experiencias inmersivas.
  • Camisetas y ropa inteligente: Integran sensores para medir la frecuencia cardíaca, temperatura corporal, movimiento, respiración o incluso posturas. Muy útiles en el deporte profesional y la medicina.
  • Anillos inteligentes: Como el Oura Ring o el Motiv Ring. Monitorizan sueño, actividad física, ritmo cardíaco y, en algunos casos, permiten pagos o desbloqueo de dispositivos mediante NFC.
  • Zapatillas y plantillas inteligentes: Ideales para runners: monitorizan la pisada, el impacto, la distancia recorrida y prevención de lesiones. También existen plantillas para controlar el equilibrio o la postura.
  • Joyas inteligentes: Anillos, colgantes o pulseras con función de monitorización de actividad física, pago, seguridad o localización.
  • Llaveros inteligentes: Como los Tile o los AirTag de Apple, para localizar objetos perdidos por proximidad desde el móvil.

Entre otros, también encontramos wearables para bebés, implantes médicos conectados, exoesqueletos y prótesis inteligentes.

¿Cómo funcionan los wearables?

El funcionamiento de un wearable parte de la integración de sensores de medición, microprocesadores, batería y sistemas de comunicación inalámbrica en un formato compacto y cómodo.

La información recogida por los sensores (por ejemplo, los latidos del corazón, pasos o temperatura corporal) se procesa in situ en el wearable, que puede mostrar datos básicos directamente en su pantalla. Sin embargo, gran parte de los datos se sincronizan con una app en el smartphone o la nube, donde se almacenan, analizan y pueden consultarse en detalle.

Además, los wearables suelen ser multitarea, están diseñados para funcionar constantemente y, en muchos casos, permiten la instalación de aplicaciones y el acceso a servicios en línea. Muchos equipos cuentan con reconocimiento de voz y gestos, para facilitar la accesibilidad o el control sin manos.

La importancia del software en los wearables

El software es clave para que un wearable sea realmente útil y personalizado. Incluye el sistema operativo propio del dispositivo y las aplicaciones que permiten gestionar los datos, configurar alertas, recibir notificaciones y visualizar históricos. Hay apps específicas para salud, deporte, productividad, seguridad, domótica y mucho más.

El diseño de la interfaz debe adaptarse a pantallas muy pequeñas y ser accesible para cualquier usuario, incluso con problemas visuales o auditivos. Suele recurrirse a iconos, menús emergentes, escalas de grises, reconocimiento por voz y opciones de vibración para notificaciones.

Además, cada vez más dispositivos incorporan Inteligencia Artificial (IA) para analizar los datos recogidos y realizar recomendaciones personalizadas, motivar la actividad física, detectar patrones anómalos y adaptar las funciones al uso real del usuario.

Factores clave a la hora de elegir un wearable

  • Necesidad real: ¿Qué deseas monitorizar o controlar? No es lo mismo querer registrar pasos y calorías para perder peso, que requerir avisos médicos o funcionalidades de comunicación avanzada.
  • Compatibilidad: Verifica que el wearable sea compatible con tu smartphone y los sistemas operativos que utilizas. Algunos dispositivos son exclusivos de Apple, otros de Android, y algunos funcionan en ambos ecosistemas.
  • Autonomía de la batería: Cuanto más pequeño y multitarea sea el dispositivo, más importante será la duración de la batería. Los modelos con pantalla a color y muchas funciones agotan antes la batería.
  • Conectividad: Revisa si el wearable ofrece sincronización inalámbrica, GPS integrado, conectividad LTE, pagos NFC y otras funciones clave.
  • Personalización y accesorios: Valora los diseños, posibilidad de cambiar correas, esferas, bases de carga y otros elementos para adaptar el dispositivo a tu estilo.
  • Precio y relación calidad-precio: Establece tu presupuesto y compara las opciones en función de las características que realmente necesitas.
  • Opiniones y reseñas: Consulta reseñas de usuarios y pruebas independientes antes de tomar una decisión. Los comentarios te ayudarán a conocer puntos fuertes y débiles de cada modelo.
  • Privacidad y seguridad de los datos: Infórmate sobre cómo trata los datos el fabricante, qué protección ofrece y si permite el control total del usuario sobre la información recogida.

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Ejemplos actuales de uso de wearables

  • Seguimiento de bebés: Patucos o calcetines inteligentes monitorizan frecuencia cardíaca, respiración, temperatura y nivel de actividad de los bebés. Sus padres reciben alertas en tiempo real en el móvil.
  • Smartwatch para niños: Relojes adaptados a los más pequeños con GPS, comunicación con padres, juegos y monitorización de actividad.
  • Gafas inteligentes: Google Glass, Meta Quest 3 y otras gafas conectadas permiten navegar, traducir, grabar vídeo, consultar información y hasta jugar en entornos de realidad aumentada.
  • Dispositivos en el deporte: Plantillas inteligentes para runners, cascos de ciclistas conectados con sensores de emergencia, pulseras sumergibles para natación, etc.
  • Ropa profesional conectada: Chalecos para bomberos con sensores de temperatura y oxígeno, cascos para mineros con monitorización de constantes o guantes inteligentes para la industria.
  • Piezas de joyería inteligentes: Anillos NFC para pagos, colgantes de monitorización de actividad física, todo en acabados atractivos y de diseño.
  • Modas y complementos inteligentes: Desde chaquetas con control de música y navegación (Levi’s x Google Jacquard) hasta calcetines biométricos.
  • Exoesqueletos y prótesis inteligentes: Para la asistencia en movilidad, rehabilitación y monitorización médica avanzada.

Retos y tendencias de futuro en los wearables

La integración de la Inteligencia Artificial y asistentes virtuales

La IA es el gran motor de innovación actual en los wearables: detecta anomalías médicas, motiva la actividad física, adapta el entrenamiento y aprende de los hábitos personales para recomendar rutinas y configuraciones personalizadas. A esto se suma la integración de asistentes de voz, que permiten controlar el dispositivo con comandos sencillos y naturales.

La moda inteligente y el auge del techwear

La industria textil colabora hoy con grandes tecnológicas para crear prendas inteligentes resistentes al agua, con iluminación LED y sistemas de climatización controlados desde el móvil. Proyectos como la chaqueta Levi’s Jacquard de Google o las colaboraciones en ropa deportiva para monitorización avanzada de salud y entrenamiento marcan el rumbo del smart fashion.

Aplicaciones industriales y laborales

La Industria 4.0 impulsa la adopción de cascos, botas, chalecos o guantes inteligentes, que mejoran la seguridad, la eficiencia y permiten la monitorización remota de trabajadores en entornos críticos. Además, en logística y fábricas ya se usan relojes y pulseras inteligentes para alertar de riesgos, controlar procesos y optimizar rutas.

El imparable crecimiento del mercado

Todas las grandes consultoras coinciden: el mercado de los wearables crece de forma exponencial, con previsiones de duplicar su valor de aquí a 2029 gracias a la integración de IA, nuevos sensores y una oferta cada vez más variada y especializada. El número de dispositivos vendidos ya supera los 500 millones de unidades anuales, acercándose a los 650 millones a medio plazo.

Privacidad, seguridad y riesgos asociados

El éxito pone también el foco en los riesgos. La enorme cantidad de datos sensibles que recopilan los wearables (ubicación, salud, rutinas diarias) los convierte en objetivo de ciberdelincuentes y empresas poco éticas. La industria debe garantizar seguridad de extremo a extremo, transparencia en el tratamiento de datos y capacidad de control para los usuarios.

Casos de uso crítico incluyen dispositivos que vigilan a ancianos y personas con problemas de salud graves. La manipulación maliciosa de estos equipos puede tener consecuencias directas sobre la vida de las personas, como el chantaje o la interrupción de servicios médicos vitales. Además, existe el riesgo de ataques personalizados, robo de identidad o manipulación de datos biométricos.

Por ello, es fundamental apostar solo por fabricantes fiables, mantener actualizados los dispositivos y ser conscientes de los riesgos que implica compartir datos personales en la red. Los usuarios tienen un papel clave, pero también deben exigir responsabilidad a marcas, autoridades y profesionales del sector.

¿Qué depara el futuro a los wearables?

Las tendencias apuntan hacia una mayor integración con la salud preventiva, el bienestar y los hábitos de vida, así como con la domótica y los entornos inteligentes. La personalización, el análisis de datos avanzado y la interoperabilidad entre dispositivos y plataformas serán los pilares del éxito.

Veremos más prendas inteligentes en deportes, medicina y vida cotidiana; dispositivos invisibles y menos intrusivos; sensores aún más precisos; y una sofisticación de las alertas automáticas ante emergencias. Todo ello acompañado de la incorporación de IA para anticipar riesgos, motivar cambios positivos y facilitar la vida de las personas a todos los niveles.

En el mercado profesional, la Industria 4.0 y el Internet de las cosas (IoT) impulsarán la adopción masiva de wearables en entornos laborales, potenciando la seguridad, la gestión de recursos y la productividad empresarial.

El papel de la moda y el diseño también será clave: la tendencia del techwear y la smart fashion, combina funcionalidad con estilo, conquistando a usuarios cada vez más exigentes, que ven en los wearables un complemento tan estético como práctico en su día a día.

La adopción de los wearables en diferentes ámbitos continúa creciendo, integrando cada vez más tecnologías y funciones. La convergencia de avances en IA, sensores y diseño contribuirá a que estos dispositivos sean aún más útiles, discretos y seguros, ayudando a mejorar nuestra salud, comunicación, productividad y estilo de vida. La colaboración entre usuarios y fabricantes será esencial para potenciar un desarrollo ético, respetuoso con la privacidad y enfocado en el bienestar de las personas.

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