- Linux es una alternativa segura, gratuita y moderna frente al fin de soporte de Windows 10
- La elección de la distribución adecuada es clave; Mint, Zorin OS o Free10 facilitan la transición
- La migración requiere copia de seguridad, creación de un USB e instalación guiada muy sencilla
Cada vez más usuarios de Windows 10 se ven ante la decisión de buscar una alternativa sólida cuando finalice el soporte de este sistema operativo en octubre de 2025. La insistente presión de Microsoft para que actualices a Windows 11 ha generado descontento, sobre todo para quienes prefieren seguir usando su ordenador sin tener que enfrentarse a los exigentes nuevos requisitos de hardware o al desembolso que supone comprar un equipo nuevo. Es aquí donde Linux aparece como una salida atractiva, moderna, gratuita y segura para dar una segunda vida a tu dispositivo.
Si te preguntas cómo pasar de Windows 10 a Linux, qué ventajas supone este cambio, qué pasos debes seguir y qué opciones tienes a tu alcance, no te preocupes. Has llegado al lugar perfecto. En este artículo aprenderás en detalle, y con un enfoque completamente práctico, cómo migrar de Windows 10 a Linux, cómo elegir la mejor distribución para principiantes, cómo instalarla y qué debes tener en cuenta para que tu transición sea todo un éxito.
¿Por qué cambiar de Windows 10 a Linux?
La jubilación de Windows 10 está a la vuelta de la esquina. A partir de octubre de 2025, este sistema dejará de recibir actualizaciones de seguridad. Aunque Microsoft ofrece programas de soporte extendido, estos no son la mejor opción a largo plazo y condicionan tu experiencia a pagos periódicos o a depender aún más del ecosistema de Microsoft.
Muchos usuarios tampoco pueden actualizar a Windows 11 debido a los requisitos de hardware (como TPM 2.0 y procesadores compatibles). Microsoft no se corta en recomendar la compra de un nuevo ordenador, lo que implica un gasto elevado y contribuye innecesariamente al problema de los residuos electrónicos. Adecuar tu equipo a estos requisitos puede ser imposible en varios casos, pero eso no significa que tu PC esté obsoleto: con Linux, puedes revitalizar tu ordenador y darle muchos años más de vida útil.
Además, pasar a Linux significa alejarte de prácticas intrusivas: te librarás del bloatware, de las actualizaciones fallidas, de la recopilación masiva de datos y de la publicidad integrada en el sistema operativo. Linux te ofrece una experiencia limpia, transparente y mucho más respetuosa con tu privacidad.
Ventajas principales de Linux frente a Windows 10
- Gratuito y de código abierto: No pagarás licencias ni cuotas y podrás personalizarlo a tu gusto.
- Menor consumo de recursos: Linux funciona perfectamente en equipos antiguos o modestos.
- Mayor seguridad y privacidad: Gracias a su arquitectura y a una comunidad activa, los riesgos de malware son mínimos.
- Amplia variedad de distribuciones (distros): Puedes elegir la que mejor se adapte a ti, con interfaces similares a Windows o totalmente diferentes.
- Gran soporte comunitario: Foros, blogs y documentación abundante para solucionar cualquier duda.
- Actualizaciones controladas: Tú decides cuándo y cómo actualizar, sin sorpresas desagradables.
¿Qué distribución de Linux elegir para sustituir Windows 10?
Una de las grandes diferencias entre el ecosistema Linux y Windows es la existencia de múltiples distribuciones o ‘distros’. Cada una tiene su propio enfoque, entorno de escritorio y ventajas particulares. Elegir bien es clave, sobre todo para quienes se inician en el mundo Linux.
- Linux Mint: Recomendadísima para recién llegados de Windows. Su versión «Cinnamon» ofrece un entorno muy familiar, sencillo de adaptar y altamente personalizable. Basada en Ubuntu, cuenta con acceso a un enorme repositorio de aplicaciones y una comunidad gigantesca.
- Zorin OS: Especialmente diseñada para facilitar la transición desde Windows. Su apariencia es muy similar y ofrece compatibilidad mejorada con apps y juegos de Windows.
- Ubuntu: La distro más popular y con más documentación. Aunque ahora su entorno de escritorio es menos semejante a Windows, sigue siendo una gran opción para empezar.
- Free10: Si buscas una experiencia prácticamente calcada a Windows 10, esta distro es ideal. Basada en Debian, está enfocada en usuarios que no quieren cambios bruscos y priorizan una apariencia igual a la de su anterior sistema.
- Q4OS: Muy ligera y también con una versión «FreeXP» para quienes añoran Windows XP o desean un sistema extremadamente ágil.
Para la mayoría de usuarios noveles, Linux Mint «Cinnamon» es la opción más equilibrada. Tiene una interfaz intuitiva, es estable, está bien soportada y cuenta con innumerables tutoriales y foros en español.
Descubre las mejores distribuciones Linux para principiantes: guía completa y comparativa
Paso a paso: Cómo migrar de Windows 10 a Linux
1. Respalda toda tu información
El primer paso esencial es realizar una copia de seguridad completa de tus datos importantes. Puedes usar una unidad externa (USB, disco duro) o un servicio en la nube. Asegúrate de guardar documentos, fotos, vídeos y cualquier información que no quieras perder, ya que instalar Linux borrará el contenido actual del disco donde lo instales.
2. Descarga la distribución Linux que has elegido
Ve a la página oficial de la distro que prefieras (por ejemplo, la web de descargas de Linux Mint) y descarga la ISO adaptada a tu equipo (normalmente, 64 bits es lo más habitual actualmente). Es importante descargar siempre desde fuentes oficiales para evitar versiones manipuladas o inseguras.
3. Crea un USB de instalación
Necesitarás crear un medio de arranque con la imagen ISO descargada. Las opciones recomendadas para esto son:
- Rufus (en Windows): Rápido, sencillo y muy fiable.
- balenaEtcher (multiplataforma): Intuitivo y compatible con Windows, Linux y macOS.
Inserta un pendrive de al menos 4GB (mejor si es de 8GB o más), ejecuta la herramienta seleccionando la ISO descargada y sigue las instrucciones. Ten claro que el proceso borrará todo lo que haya en el USB.
4. Prepara el arranque desde el USB
Reinicia tu ordenador, y durante el arranque, pulsa la tecla que te permita seleccionar el dispositivo de arranque (normalmente F12, F2, Supr o Esc, depende del fabricante). Elige el USB que has creado y verás aparecer el menú inicial de la distribución.
Muchas distros ofrecen la opción de «Probar sin instalar», lo que te permite ver cómo funciona el sistema antes de tocar el disco duro. Es recomendable para comprobar compatibilidad y ver si la interfaz te convence.
5. Instalación de Linux
Dentro del entorno «live», busca el icono de instalación y ábrelo. El proceso es guiado y muy sencillo:
- Selecciona idioma, zona horaria y tipo de teclado.
- Conecta a internet si es posible.
- Marca la opción de instalar software y controladores de terceros (imprescindible para una experiencia completa en multimedia y periféricos).
- Elige el tipo de instalación. Si quieres sustituir completamente Windows 10, selecciona «borrar disco e instalar Linux». Si prefieres mantener ambos sistemas durante el proceso de transición, puedes optar por el «arranque dual» (dual-boot).
- Crea un usuario y contraseña.
El proceso suele durar entre 10 y 20 minutos en ordenadores recientes. Cuando termine, retira el USB y reinicia el equipo.
6. Primer arranque, instalación de controladores y configuración básica
Al arrancar por primera vez, muchas distribuciones muestran una ventana de bienvenida muy útil. En Linux Mint, por ejemplo, encontrarás el apartado «Primeros pasos», donde podrás:
- Elegir el diseño del escritorio más parecido a Windows.
- Instalar códecs multimedia (para música, vídeo y streaming).
- Actualizar el sistema y los controladores de hardware desde el Administrador de controladores.
La navegación por el escritorio es muy intuitiva: verás un botón de menú en la esquina inferior izquierda (similar al Inicio de Windows), acceso rápido a las aplicaciones, configuración, etc. Si tienes dudas puntuales, la comunidad de la distro suele responder muy rápido.
Cómo gestionar aplicaciones y alternativas populares
En Linux, la instalación de aplicaciones es mucho más segura y cómoda que en Windows. Olvídate de buscar instaladores por la web: cada distribución tiene su «tienda de aplicaciones» oficial (Gestor de Software en Mint, Ubuntu Software en Ubuntu, Discover en KDE…).
- LibreOffice: El «Office» de Linux, 100% gratuito y compatible con los formatos de Microsoft Office.
- Mozilla Firefox y Google Chrome: Navegadores eficientes y multiplataforma.
- Thunderbird: Para el correo electrónico.
- VLC Media Player: Para reproducir cualquier tipo de vídeo o audio.
- GIMP y Krita: Edición de imágenes al nivel de Photoshop.
- Kdenlive: Potente editor de vídeo de código abierto.
- Steam: Para juegos, con soporte cada vez mayor gracias a Steam Play y Proton.
- Pídete alternativas a WhatsApp y otras herramientas populares en los repositorios.
La mayoría de los programas se instalan con un par de clics o ejecutando un sencillo comando en la terminal. Además, puedes encontrar alternativas para casi todo: Pidgin o Empathy para mensajería instantánea, Evolution para correo profesional, ClamAV si necesitas un antivirus (aunque Linux es mucho menos vulnerable), y cientos más según tus necesidades.
Recomendaciones para una migración exitosa
Adapta tus rutinas de uso antes de cambiar de sistema: Si dependes de alguna aplicación que no existe en Linux, es recomendable empezar a usar ya en Windows su versión multiplataforma o una alternativa compatible. Así, cuando des el salto, todo fluirá mucho más fácil.
Cambia primero las aplicaciones que no tengan versión Linux y elimina las exclusivas de Windows en tu equipo, para familiarizarte antes incluso de instalar el nuevo sistema.
Si necesitas conservar Windows por cuestiones muy concretas (juegos online incompatibles, software profesional como Photoshop o AutoCAD), lo mejor es mantenerlo solo para esas tareas. Así, puedes reiniciar a Linux y usarlo como sistema principal, minimizando el uso de Windows.
Soporte de hardware y posibles limitaciones
Aunque Linux ha evolucionado mucho en materia de compatibilidad, todavía pueden surgir trabas con cierto hardware muy específico. Algunos periféricos de marcas como Corsair, capturadoras Elgato o ciertos gamepads pueden dar más trabajo en Linux, aunque la comunidad suele encontrar soluciones o desarrollos alternativos (a veces mediante «drivers» de ingeniería inversa).
La mayoría de equipos que funcionan con Windows 10 podrán usar Linux sin problemas de rendimiento. Si tienes dudas, prueba con la versión «live» antes de instalar y consulta foros oficiales para casos específicos.
¿Y si quiero que Linux se parezca lo máximo a Windows 10?
Además de las distros anteriores, como o , existen temas visuales y paquetes de iconos en Linux Mint y Ubuntu que imitan la apariencia de Windows. Así, la curva de adaptación es casi nula y apenas notarás diferencias en la mecánica de uso.
Linux cubre sobradamente las necesidades de la mayoría de los usuarios para productividad, multimedia, navegación, ocio y gestión de archivos.

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